"¿Qué representa esta tela? Impresión. Debe estar lleno de impresión; un papel pintado está más trabajado que esta marina" escribió un crítico de la época cuando vio "Impresión, sol naciente" de Claude Monet (1840-1926), expuesto en la primera exposición impresionista de 1874. De esta manera se daba nombre al impresionismo, aunque nadie pagara los 1000 francos que el autor pedía por esta pintura.

El impresionismo es un estilo pictórico que se origina en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX. Se caracteriza por su persistente experimentación con la iluminación; el manejo de la luz se considera como un factor crucial para alcanzar belleza y balance en la pintura.

El estilo se clasifica como la primera ruptura del proceso que desembocaría en el arte moderno; el impresionismo, no sólo abre los ojos del espectador a la técnica, sino que también a la variedad de formas y paisajes cotidianos. Los colores son puros y se conjugan en formas de un naturalismo extremo. Las pautas que consuman esta tendencia son: el movimiento del paisaje, la naturalidad de las formas y la pureza.

Lo que une a estos genios de la pintura es la intención de reproducir escenas de la vida diaria de un modo creativo. En la mayoría de ocasiones se pueden distinguir claramente por su estética, imágenes desenfocadas y obras de apariencia inacabada. Entre los artistas impresionistas más famosos se encuentran: Pissarro, Manet, Degas, Cézanne, Monet o Renoir.

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