En la literatura se conoce como sinestesia a una figura retórica a través de la cual se pueden mezclar diferentes sensaciones auditivas, gustativas, visuales y táctiles para asociarlas y expresar emociones. En esta disciplina, la sinestesia se encuentra relacionada con la enálage, la cual es una figura gramatical que permite cambiar la estructura de una oración, y la metáfora (metáfora sinestésica), en el caso de mezclar determinadas cosas en una metáfora.

Estos recursos suelen encontrarse en la literatura clásica y en el barroco y se pone de moda en la poesía durante el auge de la lírica francesa del simbolismo (modernismo literario en España). Por poner un ejemplo, uno de los poetas simbolistas franceses por excelencia, Arthur Rimbaud, escribió un soneto donde a cada vocal le adjudicó un color que la distinguía del resto. Posteriormente, Rubén Darío escribió los dulces azules, mezclando el sentido de la vista y el del gusto.

Existen dos tipos de sinestesia: Sinestesia directa. Es aquella que se consigue al mezclar texturas o colores con la percepción de los sentidos. Por ejemplo: "Y cuando salió del agua y se acercó, sentí el calor de su mirada, el perfume de sus palabras, lo salado de sus caricias, el sonido de su belleza, lo brillante de su abrazo".

Sinestesia indirecta. Es aquella en la que el autor intenta unir dos sentimientos aparentemente opuestos. Por ejemplo: “La dulce y melancólica espera”, "Mi tiempo es una roca todos los días".

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