El pectus excavatum es una malformación genética en el pecho, que hace que varias costillas y el esternón crezcan de forma anormal.

Generalmente, las costillas y el esternón se proyectan hacia delante. Pero en el pectus excavatum, el esternón se proyecta hacia dentro, formando una depresión en el pecho. Esto da al pecho un aspecto ahuecado o cóncavo; por eso, esta afección también se llama pecho en embudo o pecho hundido.

Los médicos no saben exactamente cuál es la causa. En algunos casos, se da por familias.

La malformación del pecho puede no ser perceptible durante los primeros años de vida o, a veces, hasta la adolescencia, aunque está presente desde el nacimiento.

Los casos leves pueden ser muy poco visibles. Pero los casos graves de pectus excavatum pueden crear una profunda hendidura en el pecho que ejerce presión sobre pulmones y corazón, pudiendo causar problemas al hacer ejercicio, cansancio, dolor de pecho, frecuencia cardíaca rápida o palpitaciones, infecciones respiratorias frecuentes, tos, resuello u opresión de pecho.

Esta afección empeora conforme el niño va creciendo, y afecta más a los niños que a las niñas.

Los niños y los adolescentes con pectus excavatum, a quienes no les preocupe su aspecto físico y que no tengan problemas para respirar, no necesitan tratamiento alguno. En otros casos, el pectus excavatum se puede tratar mediante cirugía (hay varias técnicas correctoras), campanas de vacío, ortopedias y ejercicios específicos.

Más información: kidshealth.org