Un globo aerostático es una aeronave aerostática no propulsada que se sirve del principio de los fluidos de Arquímedes para volar, entendiendo el aire como un fluido.

El globo aerostático se compone de tres partes: en primer lugar, y más importante, es la recámara en la cual es contenido el aire. Esta recámara está formada por una extensa tela que toma una forma similar a la de una gota y permanece abierta en la parte inferior. Es en esa parte donde se inserta el gas que se utilizará para movilizar el globo y que mantiene a la tela completamente extendida.

Luego está el motor o termostato, aquel que propele el gas y que se puede manejar manualmente de acuerdo a las necesidades (por ejemplo, subir o bajar la intensidad del aire de acuerdo a si se necesita bajar o subir en altura). Finalmente, la tercera parte es aquella que se conoce como góndola y que es donde se ubican los pasajeros y tripulantes del globo.

El funcionamiento del globo aerostático depende justamente del movimiento del gas que se utilice como propulsor. Hay dos tipos principales: los que se mueven por aire caliente (es decir, cuando se calienta desde el motor el mismo oxígeno que está dentro de la recámara) y aquellos globos que utilizan gases tales como hidrógeno, helio o gas metano que hacen que varíe el peso del globo en relación al peso del aire en la atmósfera y así pueda ascender o descender.

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