La heliografía surgió como un intento por mejorar el procedimiento de la litografía.

El inventor, químico, científico y litógrafo francés Joseph Nicéphore Niepce (7 de marzo de 1765 - 5 de julio de 1833), comenzó a experimentar en 1816 con Betún de Judea (sustancia fotosensible), disuelto en aceite de espliego y extendido sobre papel, placas de vidrio y metal. La imagen resultante se fijaba con una mezcla de aceite de espliego y trementina.

Es una antigua técnica de copia de planos que consistía en la reproducción de un dibujo mediante luz ultravioleta sobre un material transparente o translúcido, como el papel albanene o herculene.

En una mesa se colocaba el original sobre el papel sensibilizado y luego se exponia a una fuente de luz ultravioleta, generalmente una lámpara fluorescente de luz negra.

Luego el papel expuesto se sumergia en una solución de amoniaco, la cual actuaba como revelador, dejando el papel con un color azul muy característico.

Las lineas oscuras en el original quedan como trazos azules y los espacios en blanco de un color azulado.

La parte trasera y las que se van degradando por dobleces quedan de un color crema. No tienen un tamaño estandar, el papel para heliografía se venden por rollo, por lo que se puede cortar el papel al tamaño deseado.

Para los ingenieros, arquitectos y dibujantes, el plano resultante del proceso de copia tenía tradicionalmente el nombre de Blueprint.

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