El autorretrato se define como un retrato hecho de la misma persona que lo realiza. Es uno de los ejercicios de análisis más profundos que puede hacer un artista. Implica escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento se traduzca en el dibujo o la pintura que aborda.

Aunque se han hecho autorretratos desde los tiempos antiguos, no es hasta el Renacimiento temprano, a mediados del siglo XV, que se puede identificar con frecuencia a los artistas que se autorretratan a sí mismos, ya sea como el tema principal o como personajes importantes en su trabajo. Con espejos más baratos y mejores, y con la llegada de la pintura sobre tabla, muchos pintores, escultores y grabadores intentaron alguna forma de autorretrato.

Entre los pintores que más se han autorrepresentado destacan Durero, que además es uno de los primeros pintores que se pintó ya como protagonista absoluto del cuadro en 1497, y que está considerado uno de los primeros autorretratos formales. Entre sus autorretratos sobresalen Autorretrato a la edad de 13 años (1484) y Aurorretrado desnudo (1500-1505).

Rembrandt se pintó a sí mismo en más de 50 obras a lo largo de su vida, así que puede decirse que dejó una auténtica “biografía pintada” y está considerado como el gran maestro del autorretrato. En el siglo XIX, uno de los artistas que más se tomó como modelo fue Vicent van Gogh, que hizo 43 autorretratos durante diez años.

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