Se conoce como acuicultura, o acuacultura, al cultivo de organismos acuáticos, vegetales y animales, en condiciones más o menos controladas dependiendo del sistema de cultivo que se utilice. El objetivo es obtener un producto final, sea un pescado, un cangrejo o un alga, de una calidad uniforme para poder ser comercializado.

Actualmente, además de peces marinos y de agua dulce, se cultivan en el mundo moluscos como ostras, mejillones, caracoles, langostas, camarones y algas. Y algunos países asiáticos tienen producciones importantes de algas que se usan para consumo humano como también para la fabricación de pinturas.

Los sistemas de cultivo son muy diversos, de agua dulce o agua de mar,​ y desde el cultivo directamente en el medio hasta instalaciones bajo condiciones totalmente controladas.

La acuicultura se remonta a tiempos remotos.​ Existen referencias de prácticas de cultivo de mújol y carpa en la antigua China, Egipto, Babilonia, Grecia, Roma y otras culturas euroasiáticas y americanas.

Las referencias más antiguas datan en torno al 3800 a. C., en la antigua China. En el año 1400 a. C., ya existían leyes de protección frente a los ladrones de pescado. El primer tratado sobre el cultivo de carpa data del 475 a. C., atribuido al chino Fan-Li, también conocido como Fau Lai.

Entre griegos y romanos, existen numerosas referencias. Aristóteles y Plinio el Viejo escribieron sobre el cultivo de ostras.

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