La inflación, en economía, es el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios existentes en el mercado durante un período de tiempo, generalmente un año.

Cuando el nivel general de precios sube, con cada unidad de moneda se adquieren menos bienes y servicios. Es decir, que la inflación refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda: una pérdida del valor real del medio interno de intercambio y unidad de medida de una economía.

Una medida frecuente de la inflación es el índice de precios, que corresponde al porcentaje anualizado de la variación general de precios en el tiempo (el más común es el índice de precios al consumidor).

Los economistas consideran que las tasas de inflación muy elevadas y la hiperinflación son perjudiciales y están causadas por un crecimiento excesivo de la oferta monetaria.

Las opiniones sobre los factores que determinan las tasas de inflación bajas o moderadas son más variadas. La inflación baja o moderada puede atribuirse a las fluctuaciones de la demanda real de bienes y servicios, o a los cambios en la oferta disponible, por ejemplo, durante períodos de escasez.

Sin embargo, el consenso entre los economistas es que un periodo largo y sostenido de inflación está causado por un crecimiento de la oferta monetaria más rápido que la tasa de crecimiento económica.

Actualmente, la mayoría de los economistas son partidarios de una tasa de inflación baja y constante.

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