La edad de los peces es importante para la biología pesquera, para conocer la estructura poblacional por edad de cierta especie y está relacionado con las migraciones del anfibio o con temas de desove, entre otros estudios relacionados con los peces.

Normalmente son las escamas del pescado y sus otolitos, estructuras sólidas que se encuentran en el vestíbulo de lo que sería su oído, los indicadores más comunes para saber la edad del pez. Además, también se analizan otras partes duras que suelen estar marcadas por la edad, como los radios de las aletas, vértebras y otros huesos suelen estar marcadas por la edad.

El análisis de escamas es un método probadamente válido para la determinación de la edad de los peces mediante el examen de los anillos de crecimiento o 'annuli'. Se parece al sistema de los troncos de los árboles, de manera que estas bandas, si están espaciadas, indican un crecimiento muy rápido, por ejemplo.

La morfología de las escamas también puede ser utilizada para identificar las especies de pescado. La piel de la mayoría de los peces óseos está cubierta por escamas. Estas varían enormemente en tamaño, forma, estructura y extensión, y van desde placas de armadura rígida en peces como los Aeoliscus strigatus y los Ostraciidae o peces cofre, hasta microscópicas o ausentes en peces como las anguilas y los Lophiiformes.

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