Este dramaturgo de origen griego fue el creador de la famosa tragedia griega, aunque su muerte más que trágica parece sacada de una comedia.

Poco antes de su muerte, el oráculo le vaticinó que moriría aplastado por una casa, por lo que decidió residir fuera de la ciudad. Curiosa, y trágicamente, falleció al ser golpeado por el caparazón de una tortuga, que fue soltado por un quebrantahuesos desde el aire al confundir su cabeza con una roca contra la que romper el caparazón.

Escribió 82 piezas (algunas fuentes las cifran en 90), consiguió su primera victoria en composición dramática en el 484 a. C., siendo sus rivales Pratinas, Frínico y Quérilo. Sólo fue vencido por Sófocles en el año 468 a. C.

De la importancia de su obra da fe el hecho de que se permitiera que sus obras fueran representadas y presentadas en el agón («certamen») en los años posteriores a su muerte, junto a las de los dramaturgos vivos; un honor excepcional ya que era costumbre que las obras de los autores fallecidos no se pudieran presentar.

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