Desde siempre el hombre ha soñado con poder volar. Mitos y leyendas están repletos de superhombres que vuelan. Hace relativamente poco tiempo los hermanos Wright realizaron el primer vuelo con motor (1903).

Fue el desarrollo del motor de petróleo, durante 1880, lo que convirtió la idea del vuelo con motor en una posibilidad real. En 1903, los hermanos Wright realizaron su primer vuelo a motor en el frágil aereoplano The Flyer, que significa Volador.

Cuando los hermanos Wright se aprestaron a la construcción de su primer planeador, copiaron el diseño del biplano creado previamente por contemporáneos suyos como Octave Chanute y Augustus Herring. Pero, otro desafío tocaba a la puerta, la propulsión. La propulsión también había sido explorada por algunos de sus coetáneos como su compatriota Samuel Langley, el británico Hiram Maxim o el francés Clément Ader, quienes centraban su trabajo en dotar a sus aparatos de poderosos motores. Pero el criterio de los hermanos Wright era que ya habría tiempo para pensar en la mejor manera de impulsar los aeroplanos; en un primer momento preferían conformarse con planear, pero hacerlo abordando el tercero y mayor de los retos, que hasta entonces ninguno de los demás aviadores en ciernes había resuelto con solvencia: controlar el vuelo.

Desde aquél primer vuelo histórico la aviación ha progresado rápidamente. Se han construido aviones supersónicos que pueden cruzar el Océano Atlántico en tres horas.

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