Apeles, nacido en en el 352 a. C. fué uno de los pintores más famosos de la antiguedad. Realizó retratos de Filipo de Macedonia, de su hijo Alejandro Magno y de los generales de Alejandro, que sólo se dejó retratar por este pintor. Se hizo popular hacia el 332 a. C.

El escritor romano Plinio el Viejo narró, en una de sus obras, una anécdota sobre Apeles, según la cual el pintor colocó sus primeras obras en el voladizo de su casa y se escondió para escuchar la crítica del pueblo llano. Un sutor (zapatero) observó que en el interior de un zapato faltaba un ojal.

Apeles admitió la falla en el dibujo, la corrigió y volvió a exponerlo; entonces el zapatero que volvió a contemplarlo, criticó las piernas. A la nueva crítica Apeles respondió: "Ne supra crepidam sutor iudicet" (un zapatero debe limitarse a opinar sobre sus sandalias). De ahí procede la expresión "zapatero a tus zapatos".

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