El temor desproporcionado hacia el número 13 -el séptimo número primo- recibe el nombre de triscaidecafobia. El término procede de los términos de origen griego triscaideca, que significa "13", y phobos, que significa "miedo". Esta creencia supersticiosa está tan arraigada que en muchos rascacielos del mundo el ascensor salta de la planta 12 a la 14, y en numerosos hoteles y hospitales no hay habitaciones con el número 13.

La fobia específica al viernes 13 se llama Parascevedecatriafobia (la Parasceve es la preparación de la Pascua), collafobia, o bien friggatriscaidecafobia. En esta última, la parte "frigga" hace referencia a la diosa vikinga Frigga, de la que procede la palabra "viernes" en inglés (friday). Frigga es una de las diosas mayores en la mitología nórdica y germánica, esposa de Odín, reina de los Æsir y diosa del cielo. Es la diosa de la fertilidad, el amor, el manejo del hogar, el matrimonio, la maternidad, las artes domésticas, la previsión y la sabiduría.

Un viernes que caiga en el día 13 de cualquier mes se considera un día de mala suerte en la mayoría de las culturas occidentales. Existen supersticiones similares en otras tradiciones; particularmente, en Grecia y en los países hispanohablantes, el martes 13 tiene el mismo papel, al igual que el viernes 17 en Italia.

Hay una referencia bíblica que asocia al número 13 con la mala suerte. Judas, el apóstol que traicionó a Jesús, fue el invitado 13 de la Última Cena.

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