Durante el asedio de Leningrado (actual San Petersburgo en Rusia) por los alemanes de 1941 a 1944, el hambre que sufrió la población hizo que se comieran hasta a los gatos.

Dicho asedio duro 900 días, lo que extermino por completo a todos los gatos de la ciudad.

Eso hizo que proliferaran las ratas, hordas de roedores irrumpían en casas y almacenes, devorando los últimos y escasos suministros de alimentos. Los roedores no podían ser eliminados de ninguna manera y se empezaron a comer los víveres de los depósitos.

Las autoridades de la ciudad desataron una persecución contra las ratas, disparando contra ellas, incluso aplastándolas con tanques.

Entonces, durante un momento que se rompió el asedio en 1943, se introdujeron 2 vagones cargados de gatos siberianos.

Esos gatos fueron distribuidos en los lugares más afectados y también entregados a la gente, logrando derrotar a los roedores y solucionando el problema.

Se le llamó “división maullido” rápidamente los gatos se ocuparon del problema rescatando a la ciudad de los desagradables y potencialmente transmisores de enfermedades.

Actualmente en San Petersburgo, se pueden ver varios monumentos, en agradecimiento a esos gatos.

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