La antroponimia u onomástica antropológica es la rama de la onomástica que estudia el origen y significado de los nombres propios de personas, incluyendo los apellidos.

Según el Génesis (Biblia), el nombre del primer ser humano es Adán, proveniente de una raíz hebrea que significa: Hombre Terrestre; Humanidad.

Los romanos tenían tan pocos nombres propios que cuando se les acababan daban a sus hijos nombres de números: Quintus, Sextus, Septimius, Octavius, Nonius, Decius, etcétera.

El cristianismo extendió la costumbre de usar nombres hebreos bíblicos, litúrgicos y de virtudes morales, y de utilizar una ceremonia específica para imponer los mismos, denominada bautismo; los pueblos celtas y germánicos por el contrario señalaron en sus nombres las virtudes relacionadas con el mérito guerrero y extendieron este tipo de nombres por Europa durante las invasiones bárbaras del siglo V.

Hasta la Edad Media se usaban sólo los nombres de pila. Para diferenciar a dos personas de igual nombrere se añadía un dato relativo al lugar en que vivía, al trabajo que realizaba, u otro rasgo característico. Así podía encontrarse un "Juan, el molinero" y otro "Juan, el de la fuente". Existen muchos ejemplos históricos de este hábito, como el célebre Leonardo da Vinci (nacido en Vinci.)

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