El primer anuncio de televisión de la historia fue transmitido en Estados Unidos el 1 de julio de 1941. El comercial, de 10 segundos de duración, correspondía a la marca de relojes Bulova.

Este anuncio no fue filmado, fue simplemente una placa con la voz del locutor nombrando a la marca. Consistía en una imagen de un reloj sobre un mapa de Estados Unidos y una voz en off que decía “America runs on Bulova time” (América corre en el tiempo de Bulova).

El costo de publicitar este aviso habría sido de 9 dólares, y se emitió a través del canal WNBT, perteneciente a la NBC, antes de un partido de baseball en donde se enfrentaban Brooklyn Dodgers y Philadelphia Phillies.

A pesar de que en aquel entonces no muchas personas contaban con televisores en la ciudad de Nueva York, el comercial fue un éxito, lo que generó que muchas compañías siguieran los pasos de Bulova.

Pautar hoy en la tanda del Super Bowl (la transmisión televisiva más cara del mundo) costaría alrededor de 3.5 millones de dólares, ya que el valor del segundo de transmisión en febrero 2018 fue de unos 160 000 dólares.

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