Todos los seres humanos lo tenemos, algunos más marcados que otros. La pequeña hendidura que existe entre la nariz y el labio se denomina surco nasolabial o infranasal. Y tenía una función.

Su importancia radica en el momento en el que se forma: durante el desarrollo embrionario, al igual que las áreas nasomedial, la mandíbula y la cara.

Esta depresión (su nombre técnico es philtrum), también la poseen ciertos mamíferos y no está ahí por casualidad.

La BBC realizó una perfecta animación que muestra cómo se forma el surco nasolabial, basándose en datos obtenidos por escáneres que se realizaban sobre fetos en el momento de su desarrollo.

El hueco está definido por dos crestas ligeras en la piel que lo circunscriben. En función de cada rostro serán más profundas o tendrán diferente anchura y longitud. Su relevancia está en que es el último punto que se forma de la cara de todos los seres humanos, como para decirlo de alguna manera, el rostro se cierra en este punto.

El labio leporino que tienen algunas personas sería el resultado de un desarrollo del rostro diferente o inusual. En ciertos casos se trata de una malformación y en otros su resultado genera una pequeña marca sobre el labio superior, por lo general, tratada mediante cirugía en los primeros meses de crecimiento.

El tejido que forma el paladar y el labio superior no se unen antes del nacimiento y causa una abertura de diversa anchura. Un bebé puede tener el paladar hendido, labio leporino o ambos.

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