El ka era la fuerza vital y creadora del individuo, lo que configuraba su personalidad. Los egipcios creían que el Ka era forjado por el dios Khnum en su rueda de alfarero y que recogía el temperamento y las características personales del individuo.

Originariamente ka significaba "toro" y hacía referencia a la potencia generadora y el vigor sexual masculino. Se le representaba con dos brazos levantados. Por el contrario, el ba era el elemento divino, puramente espiritual, de la persona.

El ka no se puede ver pero se siente. Necesita ser alimentada con comida y bebida para que pueda sobrevivir; la falta de las provisiones necesarias haría que el hombre no albergara esperanza de vida eterna.

El ka perduraría en el cuerpo del difunto si se conservaba momificado. Por este motivo era tan importante embalsamar los cuerpos y también añadir en las tumbas grandes ofrendas de alimentos para el ka.

Khnum era el encargado de depositarlo en los niños cuando eran concebidos. Además, daba en parte la posibilidad de ser inmortal, incluso de transformarse en un dios si las acciones del mismo eran extremadamente buenas durante su estancia en la Tierra.

El ka de los dioses y faraones estaba unido a su cuerpo de forma completamente indisoluble. No obstante, los demás egipcios sólo conseguían el ka mediante el faraón. Así, en última instancia, este ka era parte integrante del veredicto en el juicio de Osiris, tras el cual se podría gozar de una vida futura en la Duat.

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