Según la mitología la palabra Pirineos procede de Pyrene, hija de Bébrix, rey de una zona situada más o menos donde hoy se alzan los Pirineos. Bébrix acogió a Hércules, y éste, al conocer a Pyrene, no pudo reprimir sus deseos carnales y se unió a ella por la noche; al poco tiempo; Hércules prosiguió su camino y Pyrene, incapaz de asumir tal desplante, se incineró en vida. Al ver el humo, Hércules regresó rápidamente pero no pudo evitar su muerte.

Arrepentido por su comportamiento enterró a su amada con enormes piedras, con la intención de hacerle un mausoleo, pero fue tanta su pasión que erigió una auténtica cordillera.

Los Pirineos constituyen una cordillera montañosa situada al norte de la península ibérica, entre España, Andorra y Francia. Se extiende a lo largo de 430 km desde el mar Mediterráneo, cabo de Creus, al este, hasta su unión con la cordillera Cantábrica al oeste; el límite occidental resulta arbitrario ya que los Pirineos se funden gradualmente con los Montes vascos, que a su vez tienen su continuidad en la cordillera Cantábrica de modo que eje pirenaico-cantábrico llega a 1000 km de continuidad montañosa.

Las montañas albergan picos que superan los 3000 metros de altitud, como el Aneto (3404 m), el Posets (3375 m), el Monte Perdido (3355 m), el Pico Maldito (3350 m), el Pico Espadas (3332 m), el Vignemale (3298 m) y la Pica d'Estats (3143 m), pequeños glaciares, lagos y circos de origen glaciar, y una gran cantidad de valles y cañones.

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