En el pasado, uno de los pilares del sistema agrícola inglés eran los campos abiertos, open fields, tierras de propiedad común que se cultivaban siguiendo el método de la rotación trienal. Estas tierras no estaban cercadas y podían ser cultivadas por cualquiera, y los campesinos disfrutaban de derechos consuetudinarios como la recogida de la leña o de los sobrantes de las cosechas.

A lo largo del siglo XVIII, muchos de estos terrenos fueron vendidos a particulares y cercados, "Enclosures Act". Entonces se puso en marcha una revolución agraria: los campos fueron comprados por unos pocos propietarios, que introdujeron sistemas de explotación que permitían obtener mayores ganancias, a costa, sin embargo, de los campesinos, que se convirtieron en simples braceros que ya no podían beneficiarse de ningún derecho adquirido a lo largo del tiempo.

A finales del siglo XVIII, este sistema había llevado a la concentración de la propiedad de las tierras en manos de la aristocracia inglesa y, por otro lado, había creado una masa de trabajadores desocupados, la mano de obra de bajo coste que será entonces empleada en el nuevo ciclo productivo industrial.

La realización de un cercamiento pasa por etapas sucesivas:

-La apropiación por los propietarios de espacios previamente dedicados al uso colectivo.

-La sustitución del antiguo sistema abierto por campos cerrados.

-Establecimiento de vastos dominios, alquilados a campesinos empobrecidos sin medios financieros.

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