La grafiosis o enfermedad holandesa del olmo es una enfermedad fúngica que afecta al olmo, Ulmus minor. Apareció por primera vez a principios del siglo XX y, desde entonces, ha demostrado ser una de las enfermedades forestales que más daño están haciendo a las poblaciones de olmo.

Se propaga por un insecto que es el principal transmisor. Se ha logrado grabar a estos insectos tratando de traspasar la enfermedad de un árbol a otro. Se trata de pequeños coleópteros a los que se le conocen vulgarmente como barrenador del olmo.

Estos coleópteros se instalan sobre las yemas que son más tiernas y suelen morderla para absorber la savia. Inevitablemente, con este gesto están dañando a los árboles.

La hembra suele depositar los huevos en un lugar situado entre la corteza y el tronco. Para ello, tienen que formar galerías. Cuando las crías pasan la etapa de pupa, los insectos adultos van volando de un árbol a otro, transportando las esporas del hongo que son las que causan la enfermedad.

La especie de hongo causante de la enfermedad es el verdadero agente infeccioso. Es el hongo Ceratocystis ulmi. Se trata de un hongo con características semiparásitas que desarrolla el micelio en la zona donde se encuentran los vasos conductores por los que circula la savia del olmo. El micelio va invadiendo toda la parte del xilema y acaba por destruir los vasos por los que circula la savia. Esto provoca que el transporte de agua y nutrientes por todo el árbol se vea interrumpido.

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