Un año después de su coronación como emperador de Francia, luego de una gran campaña, Napoleón derrotó a los ejércitos combinados de Austria y Rusia en Austerlitz (Bohemia), 113 km al norte de Viena, el 2 de diciembre de 1805.

El ejército francés, la magníficamente entrenada "Grand Armée", contaba con 72.000 hombres y 157 piezas de artillería y era comandado por el propio Napoleón Bonaparte; el ejército aliado contaba con 85.000 soldados y 308 cañones y estaba al mando del zar Alejandro I y del emperador Francisco I.

Napoleón estudió minuciosamente el terreno, dispuso sus tropas simulando hábilmente que su ejército no estaba preparado para la batalla y debilitó expresamente sus alas derecha y centro.

La noche anterior, el emperador recorrió su campamento dando ánimos y arengando a sus soldados quienes comenzar a gritar “Vive l’Empereur” y encendieron fajos de paja como si fueran antorchas.

Al amanecer, el ejército aliado detectó las debilidades en el despliegue francés propuestas por Napoleón y decidieron explotarlas, atacando con fuerza el ala derecha y el centro.

Los franceses resistieron el ataque en su flanco, mientras que se preparaban para contraatacar. Cuando los aliados habían prácticamente conquistado la colina Pratce, Napoleón plantó en la cima toda la reserva sin ser visto, y atacó con todas sus fuerzas destrozando las líneas ruso-austriacas que no tuvieron más remedio que abandonar el campo de batalla, retirándose a Slavkov. La batalla estaba perdida.

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