Lina Medina era una niña cuando sus padres notaron que tenía un gran vientre. Vivía en una región muy apartada del Perú. Cuando sus padres notaron que el vientre le crecía la llevaron a los chamanes (brujos) porque todos creían que se trataba de un hechizo.

Los chamanes la hicieron pasar por los más dolorosos rituales para extraer de su cuerpo el supuesto maleficio. Desencantados completamente dejaron de atenderla, por lo que su padre decidió llevarla al hospital más cercano que quedaba a más de tres kilómetros de distancia.

Cuando fue atendida por el doctor Gerardo, este escandalizado diagnosticó el embarazo y acto seguido dio parte a las autoridades que, ante semejante hecho inédito sospecharon y encarcelaron al padre de la niña, acusándolo de violación.

A pesar de este equívoco, la familia perdonó al doctor y lo honraron poniéndole su nombre al bebé. Se supo que la niña había sido violada por uno de sus siete hermanos, quien padecía trastornos mentales.

No fue hasta transcurridos diez años que la familia le confesó la verdad al niño, quien siempre pensaba que Lina era su hermana.

Madre e hijo recibieron muchas invitaciones para presentarse en diferentes circos de los Estados Unidos, pero el mismo presidente negó la salida de los niños alegando que corrían riesgo moral.

Prometió darle una pensión a cambio de que permanecieran en el país, pero nunca cumplió. Lina Medina vive aún.

Más información: es.wikipedia.org