El rugido del león es uno de los más temidos de la sabana. Estos animales rugen, esencialmente, por cuestiones territoriales. De esta forma marcan el territorio llamando la atención de sus enemigos.

El rugido de un león se puede escuchar a una distancia de hasta 8 kilómetros, y está diseñado para advertir a posibles intrusos y para llamar a miembros de su manada para que vuelvan al grupo.

También se utiliza para comunicarse con otras manadas de leones que viven en el vecindario.

A pesar de su buena fama como cazador, el león es relativamente torpe y solo logra cazar su objetivo en un 20-30% de sus intentos. Cazan en equipo y, si no logran alcanzar nada, no tienen inconveniente en apoderarse de los restos de un animal cazado por otra especie. Por eso se les llaman "oportunistas".

Después de la caza, los leones suelen comer primero, luego las leonas (muchas veces con peleas entre ellas) y por último, los cachorros.

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