Cayo Julio César Augusto Germánico (12- 41), también conocido como Cayo César o Calígula, fue el tercer emperador romano, perteneciente a la dinastía Julio-Claudia, del año 37 al 41.

Su ascensión al poder tras la muerte de Tiberio, en el año 37, fue muy bien acogida por el pueblo. Parece ser que los primeros meses de su reinado fueron óptimos, según el punto de vista de los historiadores senatoriales: respetó al Senado, devolvió a la Asamblea popular el derecho a elegir a los magistrados, decretó amplias amnistías para los que habían sido condenados en tiempos de Tiberio y organizó grandes espectáculos circenses.

Sin embargo, las cosas cambiaron de manera dramática tras una grave enfermedad, cuando empezó a dar muestras de un carácter autoritario y de unos modos que lo acercaban más a las formas de gobierno de las monarquías orientales que a las apariencias republicanas del Imperio.

El sucesor del emperador Augusto y Tiberio, Calígula, se creía un dios en vida, y mandó arrancar las cabezas de todas las estatuas de los dioses de su palacio para colocar la suya.

En cierta ocasión, enojado con Neptuno, señor de los mares, le declaró la guerra, y ordenó a sus legiones que lanzaran sus venablos al agua y que como botín recogieran centenares de conchas, que hizo enviar a Roma en preciosos cofres para adornar su triunfo.

Tras haberse atraído el odio hasta de sus colaboradores más cercanos, Calígula murió asesinado cuatro años después de iniciar su reinado.

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