A pesar de que tienen estilos de vida similares, garrapatas y pulgas son taxonómicamente muy diferentes; siendo las garrapatas más próximas a las arañas y las pulgas más próximas a todos los insectos que conocemos (recordemos que insectos son animales que tienen 6 patas, realizan muda, tienen exoesqueleto, dos pares de alas y una buena parte de ellos pasan por metamorfosis, como la pulga que en su estadio larval no vive asociada a su huésped, y es hasta que alcanza el estado adulto, que adquiere el hábito de alimentarse de sangre y reproducirse en su huésped).

Tanto las pulgas como las garrapatas son ectoparásitos que además de las molestias de sus piquetes y/o mordidas, pueden transmitir enfermedades a su hospedero.

La pulga se asocia desde la Edad Media con la transisión de Peste Bubónica o Peste Negra que diezmo la población de Europa, matando a la mirad de sus habitantes. La garrapata con la enfermedad de Lyme.

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