Verdadero. Este hecho inquietante tiene su origen en el mal uso de las esponjas para lavar trastes que se usan de forma inadecuada, y no son reemplazadas constantemente (al menos una vez por mes). Por esta razón, se convierten en ambientes ideales para las colonias de bacterias, entre ellas las de origen fecal.

Las bacterias transmitidas de una esponja a una taza pueden vivir hasta tres días en ella. Charles Gerba, profesor de microbiología ambiental de la Universidad de Arizona dijo en entrevista a la revista Men’s Health que su investigación descubrió que el 90% de las tazas de café en el trabajo contienen alguna clase de bacterias.

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