212 millones de personas usan el francés a diario. ¿Dónde viven el 54.7% de ellos?
Según una estimación en el 2014 por la Organización Internacional de la Francofonía, 274 millones de personas en el mundo pueden hablar francés, de las cuales 212 millones usan el lenguage diáriamente, mientras que las restantes 62 millones lo han aprendido como un lenguage foráneo. A pesar de una disminución en el número de aprendices de francés en Europa, el numero total de hablantes está aumentando, principalmente debido a su presencia en países africanos de alta fecundidad: de los 212 millones que usan el francés a diario, el 54.7% viven en África.
La influencia del lenguage francés remonta a la Edad Media, cuando el latín, el lenguage de la Iglesia Católica Romana, era el lenguage oficial de muchos reinos. La importancia de la corte francesa, sin embargo, convirtió al frances en el segundo lenguage internacional. El italiano Marco Polo, de hecho, usó el francés en 1298 para escribir el famoso relato de sus viajes.
Para la época de la Revolución Francesa, en 1789, las cortes de los reyes alemanes y rusos conducian todas sus actividades en francés. En el siglo 19, a medida que Francia expandía su imperio en Asia y África, el francés se solidificó como el lenguage europeo de la diplomacia. Hasta en 1914, el Zar Nicolás II escribió todas sus cartas a la zarina en francés. Tal vez, si el general Wolfe de Britania no hubiera derrotado al general Montcalm de Francia en Quebec en 1759, Francia quizás hubiera podido mantener una posición mayor en Norteamérica, garantizando un lugar vital para el lenguage francés allí.
Pero la importancia del inglés se aceleró con el crecimiento del Imperio Británico y la emergencia de los Estados Unidos como una potencia mundial. El primer verdadero golpe diplomático al francés llegó en 1919, cuando las potencias Aliadas decidieron escribir el Tratado de Versalles que puso fin a la Primer Guerra Mundial en Inglés así como en Francés. Desde ese entonces, ha habido una constante erosion de la importancia del francés, con el inglés reemplazándolo como el idioma del comercio, la ciencia y la diplomacia.