Las lágrimas son un líquido claro secretado por las glándulas lagrimales, presentes en los ojos de todos los mamíferos terrestres. Están compuestas por agua, electrolitos, proteínas, lípidos y mucinas que forman capas en la superficie ocular. Existen diferentes tipos de lágrimas: basales, reflejas y emocionales, cada una con una composición distinta.

Las lágrimas tienen tres capas: lipídica, acuosa y mucosa. Contienen agua, sales, anticuerpos y lisozimas, que son enzimas antibacterianas. Aunque la composición varía entre los tipos de lágrimas, todas cumplen funciones importantes.

Las lágrimas basales lubrican el ojo y lo mantienen libre de polvo. El fluido lagrimal contiene diversas sustancias que ayudan a combatir infecciones bacterianas como parte del sistema inmunológico.

Las lágrimas reflejas se producen por irritación ocular debido a partículas extrañas o sustancias irritantes como vapores de cebolla, perfumes, gases lacrimógenos o aerosoles de pimienta. También están relacionadas con el vómito, la tos y el bostezo, ya que intentan eliminar irritantes que puedan haber entrado en contacto con el ojo.

Por otro lado, las lágrimas emocionales o psíquicas se generan por estrés emocional intenso, placer, ira, sufrimiento, duelo o dolor físico.

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