La toxoplasmosis es una enfermedad causada por el parásito Toxoplasma gondii. Más de 60 millones de personas en Estados Unidos tienen este parásito. La mayoría de ellas no se enferma, ni necesita tratamiento. Pero el parásito causa serios problemas en algunas personas. Entre ellas se incluyen las personas con sistemas inmunitarios debilitados como los infectados por el VIH sin tratamiento antirretroviral efectivo. y bebés de madres que contrajeron la infección durante el embarazo.Los problemas pueden incluir lesiones en el cerebro, los ojos y otros órganos, y la muerte. Existen medicamentos para tratarla.

Es posible contagiarse con la toxoplasmosis por: excrementos de un gato infectado,

ingerir carne contaminada que esté cruda o poco cocida, utilizar utensilios que estuvieron en contacto con carne cruda, beber agua contaminada, recibir un trasplante de órganos o una transfusión de sangre infectados.

El término toxoplasmosis se reserva para el proceso patológico en el cual hay manifestaciones clínicas presentes, mientras que infección por Toxoplasma es el término que mejor describe la presencia asintomática del parásito.

Se considera la enfermedad como una zoonosis, lo cual significa que, de modo habitual, se transmite desde los animales a los seres humanos a través de diferentes vías de contagio, siendo los hospedadores definitivos el gato y otras seis especies de felinos.

La toxoplasmosis está presente en todo el mundo.

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