Los bebés al nacer tienen más huesos que un adulto.

Esto se debe a que los recién nacidos nacen con algunos huesos separados para facilitar su salida desde el canal de parto.

El número de huesos en personas adultas va desde los 206 hasta los 208, mientras que un recién nacido tiene entre 270 a 300.

Esta diferencia entre el esqueleto infantil y el maduro se debe a la fusión de algunos huesos durante el desarrollo. Algunos de ellos se funden entre sí para dar lugar a uno solo, como ocurre por ejemplo con el hueso sacro, al final de las vértebras lumbares, nacido de la fusión de cinco huesos; o como pasa en el cráneo, que pasa de 45 a 22 huesos. El cóccix infantil tampoco está fusionado y posee cinco vértebras independientes. Además, el coxal infantil se encuentra dividido en tres huesos llamados Illión, Isquion y Pubis.

Así, poco a poco, a medida que vamos creciendo nos acercamos a los huesos que tenemos de adultos.

Más información: www.tecnopolis.mincyt.gob.ar