La sonda automática soviética Luna 3 lo fotografió por primera vez el 7 de octubre de 1959. Desde el cosmódromo soviético Baikonur en Kazajstán, la sonda fue lanzada al espacio en dirección hacia la Luna con una película fotográfica.

Por la trayectoria que iba a seguir calcularon que llegaría a la Luna en 2 días. La sonda no era gran cosa, un cilindro de algo más de un metro repleto de paneles solares, antenas y una cámara analógica.

Pero no contaba con cohetes para acelerar su trayectoria o modificarla, tan sólo disponía de unos pequeños propulsores de gas para girarla y variar su trayectoria. Las esperanzas de los ingenieros estaban puestas en los matemáticos que habían hecho los cálculos de la asistencia gravitacional.

En principio la gravedad de la Luna en cuanto se acercase la sonda curvaría su trayectoria y luego la lanzaría de vuelta hacia la Tierra. Nunca se había puesto en práctica una maniobra de asistencia gravitacional hasta entonces.

La escasa telemetría que la sonda devolvió a la Tierra indicaba que iba por buen camino. Cuando una fotocélula a bordo detectó que la superficie iluminada de la luna estaba en la línea de visión abrió dos "compuertas" de la cámara. Acababa de tomarse la primera fotografía del lado oculto de la Luna.

La película fotográfica ya contenía las imágenes, traerla de vuelta no era posible sin que se quemase en su entrada en la atmósfera. Debieron revelar las imágenes ahí mismo en el espacio y enviar los datos por una señal analógica.

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