Los nombres de los meses del año están inspirados en los utilizados en el calendario romano. Entonces, se podría decir que quien le puso el nombre a los meses del año fue el emperador Julio César. Fue el encargado de dar nombre a cada mes en el año 46 a. C. Para hacerlo, recibió ayuda de Sosígenes, un reconocido filósofo y astrónomo de la época.

En sus inicios, este calendario constaba de diez meses: marzo, dedicado a Marte, dios de la guerra, abril cuando abre la primavera; mayo, consagrado a Júpiter, junio en honor a Juno, esposa de Júpiter; julio, antes quintilis y más tarde ofrecido a la memoria del emperador Julio César; agosto porque el soberano Augusto lo tributó a su nombre; septiembre, séptimo; octubre, el octavo; noviembre, noveno; y diciembre, décimo.

Pero, la suma de días del calendario juliano no coincidía con el ciclo astronómico. La solución a este inconveniente fue adaptarlo al modelo egipcio que consistía en años de doce meses que sumaban 365 días, y años bisiestos con 366.

El primero, enero, dedicado a Jano, dios de la doble cara que mira al año viejo y al nuevo por venir, y que abre el ciclo solar tras el solsticio de invierno el 21 de diciembre.

Febrero, segundo mes del año, último en el calendario romano. Uno de los pueblos indoeuropeos que habitaron la península itálica, entre el Tíber y los Apeninos, celebraban una fiesta anual de purificación que llamaban februas, se tomó prestado el nombre de las fiestas februas.

Más información: www.google.com