Hijo de Alejandro III, Nicolás II (1868-1918) se convierte en zar en 1894 hasta su abdicación en 1917. Bajo su gobierno la situación se volvió crítica; por un lado las continuas huelgas y revueltas de su pueblo, harto de las medidas autocráticas del zarismo, alcanzan su punto más dramático en el Domingo Sangriento, con la matanza por parte de la guardia imperial de los participantes en una manifestación popular frente al Palacio de Invierno del zar.

Fue apodado "Nicolás el Sanguinario" debido a la Tragedia de Jodynka, el Domingo Sangriento y por los pogromos antisemitas que se produjeron durante su reinado. Como jefe de Estado, aprobó la movilización de agosto de 1914 que marcó el inicio de la Primera Guerra Mundial, la revolución y la consecuente caída de la dinastía Románov

Por otro lado, las derrotas militares en la guerra contra Japón, en 1905, pone de manifiesto la debilidad del Imperio ruso. Por si fuera poco, sus pretensiones balcánicas y su apoyo a Serbia le granjean la enemistad del Imperio austrohúngaro.

La Revolución de Febrero de 1917 puso fin a su reinado cuando; al intentar volver del cuartel general a la capital, su tren fue detenido​. A partir de entonces, el zar y su familia fueron apresados. Nicolás II, su familia y su séquito fueron ejecutados en el sótano de la casa por los bolcheviques en la madrugada del 16 al 17 de julio de 1918.

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