Layo, rey de Tebas, había recibido del oráculo que si engendrase alguna vez un hijo, el niño, una vez adulto, le daría muerte. Sin embargo, estando ebrio, se unió a su esposa Yocasta, y tuvo un hijo en Tebas. Al nacer el niño, Layo le atravesó con fíbulas los pies y lo entregó a un pastor para que lo abandonara, pero éste fue hallado por otros pastores que lo entregaron al rey Pólibo de Corinto.

Pasado mucho tiempo, Edipo ya joven retornó a Tebas, pero se encontró en su entrada a la Esfinge, un monstruo enviado por Hera que se había aposentado en el monte Ficio y daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos.

Cuando La Esfinge le propuso el siguiente enigma a Edipo : «¿cuál es el ser vivo que cuando es pequeño anda a cuatro patas, cuando es adulto anda a dos y cuando es mayor anda a tres?», éste respondió correctamente que se trata del hombre, puesto que cuando es un bebé gatea, camina con sus dos piernas cuando es adulto y cuando es anciano se apoya sobre un bastón. La Esfinge espantada, huyó hacia el desierto de Egipto donde quedó petrificada.

Más información: es.wikipedia.org