Gian Lorenzo Bernini nació en Nápoles en 1598. Fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Es el gran genio del barroco italiano.

Aprendió los rudimentos de la escultura en el taller de su padre, Pietro (1562-1629), un escultor manierista de cierto relieve.

En 1629, Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el papa Urbano VIII. Destacan el gran baldaquino sobre el altar mayor y el grupo escultórico de los Padres de la Iglesia.

Su mejor aportación a la basílica de San Pedro fue la columnata que rodea la plaza, con las monumentales estatuas que la rematan en su parte superior dotan al conjunto de un aire todavía más majestuoso y solemne si cabe.

Bernini trabajó también para mecenas privados. Fruto de esa colaboración es la obra más representativa de su estilo escultórico, el Éxtasis de Santa Teresa, de gran intensidad dramática y una mayor fuerza dinámica con un tratamiento exquisito del mármol. Ha quedado como modelo incomparable de la escultura barroca.

Como arquitecto es artífice de la pequeña iglesia de San Andrea al Quirinale, en la que arquitectura y escultura se unen para crear un ambiente adecuado para suscitar la fe y los sentimientos religiosos.

El palacio Chigi-Odescalchi, de gran influencia decisiva en toda Europa, es uno de sus edificios civiles más conseguidos.

Inocencio X le encargó decorar la piazza Navona, llamada Fuente de los cuatro ríos, es la más espectacular de estas realizaciones.

Murió en Roma en 1680.

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