El coronel Ilyá Grigórevich Stárinov, también llamado "el gran bombardero", "abuelo de las Fuerzas Especiales Soviéticas", "dios del sabotaje" y "genio de guerra", durante la Segunda Guerra Mundial lideró la destrucción de 256 puentes y descarriló 12.000 trenes del enemigo.

Participó en muchas operaciones y también se dedicó a la preparación y el entrenamiento de unidades. Creó varios tipos de minas y equipos subversivos que acabaron produciéndose en masa.

Luchó en la Guerra Civil española, donde llegó en 1936, bajo el seudónimo de “Rodolfo”.

Volvió a Rusia y casi fue víctima de la represión estalinista. Se salvó gracias al mariscal Kliment Voroshilov.

En octubre de 1941 en Járkov, Stárinov tenía la tarea de minar la ciudad en caso de ser capturada por la Wehrmacht.

Se colocaron más de 30.000 minas antitanque y antiinfantería, así como unas 2.000 minas temporizadas y 5.000 minas señuelo, que tenían como objetivo detener al enemigo gastando tiempo y recursos valiosos. Stárinov tenía trampa especial reservada para los alemanes. La poderosa explosión mató a von Braun y a los oficiales que estaban con él.

Hitler estaba furioso, puso precio a su cabeza: 200.000 marcos. Los alemanes nunca lograron capturar al operativo soviético.

Tras la guerra se centró en enseñar a miembros del KGB. Recibió docenas de medallas y galardones, pero nunca le dieron el mayor premio del país: la orden del Héroe de la Unión Soviética. Falleció en el año 2000, a los 100 años.

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