William Golding nació en 1911, en Cornwall (Inglaterra), y murió en 1993. En 1935, comenzó como profesor de inglés y filosofía en Salisbury. Cesó su labor docente para unirse a la Marina Real en la Primera Guerra Mundial. En 1954, publicó su primera novela, “El señor de las moscas”, por la que ganó el Premio Nobel de Literatura.

Aunque no logró una gran difusión hasta varios años después, en que llegó a ser una lectura obligada en colegios e institutos, tal fue su éxito que ha sido llevada al cine en dos ocasiones: una primera vez en 1960 y otra en 1990. Por no hablar de que ha inspirado otras historias como la serie “Perdidos” (Lost) o la saga “Los Juegos del Hambre” (The Hunger Games).

La novela se inicia con un avión tripulado por estudiantes que estaban siendo evacuados durante la guerra, el avión sufre un accidente y se estrella en una isla. Los pocos que sobreviven se descubren solos en una isla desierta, sin adultos y sin normas, pronto comienzan a construir una sociedad: eligen un jefe Ralph, y establecen un objeto de poder, la caracola, el papel de ésta será de vital importancia, pues se trata de un objeto natural sobre el que pesa una construcción cultural es decir, la caracola por sí sola no es nada, pero como sociedad, los niños le otorgan poder.

“El señor de las moscas” es uno de esos grandes clásicos que no sólo no dejan al lector indiferente, sino que se quedan grabados en su memoria por la contundencia de los actos y las reflexiones que en él tienen lugar.

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