Gil Vicente (1465-1536) fue el primer gran dramaturgo portugués y poeta de renombre. Estuvo ligado a la corte portuguesa durante los reinados de Juan II, Manuel I el Afortunado y Juan III.

Además de autor dramático, fue músico, faceta en la que se le debe la composición de las tonadillas que acompañan sus piezas teatrales y diversas obras de música religiosa.

El teatro portugués y castellano tiene uno de sus pilares fundacionales en la obra de Gil Vicente, quien ocupa un lugar destacado en la gestación y consolidación de estas dos tradiciones dramáticas. Conocido por el sobrenombre del Plauto portugués, cultivó su lengua materna y el castellano con el mismo gracejo y frescura.

De las 44 obras que han llegado hasta nosotros, 15 están escritas en el primer idioma, 11 en el segundo y 18 en una mezcla de ambos, que él mismo denominaba "algarabía luso-hispana".

De las tragicomedias merece destacarse "Don Duardos", que figura entre lo más hermoso del teatro vicentino. Las farsas "Cuadros de costumbres", dialogadas, no tienen precedentes conocidos. Presentan la fusión de lo culto con lo popular y en ellos se da gran importancia al elemento cómico y a la animación picaresca de tipos y costumbres.

En Gil Vicente se inicia la historia del teatro de su país. En sus obras aparecen con frecuencia intercaladas glosas, villancicos y cantares, jugosos y lozanos frutos de la poesía popular. En gran parte de su obra se observa el influjo de las tendencias erasmistas.

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