María Cristina de Habsburgo fue la cuarta mujer de Fernando VII, con el que se casó cuando tenía 23 años. Tuvieron dos hijas, la futura reina Isabel y la infanta Luisa Fernanda. A la muerte de Fernando VII su hija tenía 3 años, por lo que la antigua reina consorte se convirtió en regente del Reino desde 1833 hasta 1840.

La regencia de María Cristina estuvo marcada por el estallido de la primera guerra carlista. Este enfrentamiento que afectó fundamentalmente a Navarra, Cataluña, Valencia y País Vasco, acabó con la victoria del general isabelino Espartero sobre las tropas del general Maroto.

Aunque de convicciones conservadoras, se convenció de la necesidad de una apertura mediante la cual se amplió la amnistía para que los liberales pudieran volver del exilio y se publicó un decreto de libertad de prensa limitada. En 1834 se promulgó el Estatuto Real, que era una carta otorgada que establecía unas Cortes muy conservadoras y elitistas. Además la Corona se reservaba una amplia capacidad legislativa y de veto.

En 1835 estalló una insurrección que obligó a la regente a nombrar a un progresista, Juan Álvarez Mendizábal, como Jefe de Gobierno. Mendizábal adoptó las primeras decisiones encaminadas a desmantelar el sistema legal del Antiguo Régimen, entre las que destacaron la libertad de imprenta, la ley de supresión de conventos y el decreto de desamortización de los bienes del clero regular. Pero sus medidas tan radicales le obligaron a dimitir en 1836.

Más información: www.secretosdemadrid.es