Un equipo internacional de investigadores ha localizado un túnel que fue cavado por un grupo de prisioneros judíos para huir de un campo de exterminio nazi.

Está situado en el bosque de Ponar, actualmente Panierai, al suroeste de Vilna, la capital de Lituania. Hasta 100.000 personas, entre ellas 70.000 judíos de Vilna y de los alrededores, fueron masacradas durante la Segunda Guerra Mundial.

En 1943, ante la derrota alemana en Stalingrado y la contraofensiva soviética, los nazis formaron una unidad especial con la misión de borrar todo rastro de sus crímenes.

Un grupo de ochenta prisioneros judíos del campo de concentración de Stutthof, durante el día exhumaban los cadáveres y los incineraban; y por la noche permanecían confinados con grilletes en una de las fosas vacías.

Con la ayuda de cucharas y sobre todo de sus propias manos comenzaron a cavar un túnel para evitar una muerte segura. El plan de fuga se llevó a cabo el 15 de abril de 1944, después de casi tres meses cavando un túnel de unos 35 metros de longitud.

Los prisioneros se sacaron los grilletes de los tobillos con una lima de uñas y cuarenta de ellos avanzaron arrastrándose por el estrecho túnel. Fueron descubiertos y miles de judíos recibieron disparos a quemarropa en este sitio y sus cadáveres fueron arrojados a fosas y enterrados.

Quince de ellos consiguieron cortar la verja y huyeron por el bosque; once o doce sobrevivieron a la guerra y pudieron narrar sus escalofriantes historias.

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