La relación existente entre el virus del papiloma humano (VPH) y el cáncer de cuello uterino (CCU), ha quedado completamente demostrada a través de publicaciones científicas entre 1990 y 2020. En concreto, hay al menos 14 tipos de VPH oncógenicos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el CCU es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente que existe en 2020. Advierte que el cáncer cervicouterino es causado por infección de determinados VPH transmitidos por vía sexual: tan solo dos tipos de VPH (16 y 18) son los causantes del 70% de los CCU, entre otos cánceres, y de las lesiones precancerosas del cuello del útero.

No obstante, casi siempre el CCU es curable si se diagnostica a tiempo. La vacunación es el método más eficaz para evitar la infección del virus, y por tanto, para salvar vidas. La OMS recomienda su administración en niñas entre los 9 y los 14 años.

Aunque la mayoría de las infecciones por VPH se controlan y se resuelven por sí mismas, siempre hay riesgo de que la infección se cronifique y acabe evolucioando hacia el CCU invasivo. En mujeres con un sistema inmunitario normal el CCU tarda de 15 a 20 años en desarrollarse, pero en mujeres con un sistema inmunitario debilitado, el tiempo se reduce sustancialmente.

Después del cáncer de mama, el de cervix es el segundo cáncer ginecológico en frecuencia de la mujer. En 2020 se diagnosticaron medio millón de casos en todo el mundo, concentrándose el 80-85 % de ellos en países subdesarrollados.

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