En referencia a los materiales sólidos, el término de maleabilidad es una propiedad del material que permite su descomposición o deformación y extenderse en finas láminas, sin que el material se rompa.

Este es el caso del aluminio que se puede convertir en papel de aluminio y, puede ser utilizado para diferentes fines, así como también el oro, el cobre, el estaño, entre otros. Esta propiedad no se observa en los no metales.

Los metales no maleables pueden romperse al ser golpeados por un martillo. En el caso del zinc, es maleable a temperaturas entre 100 y 200 °C, pero es quebradizo a otras temperaturas.

Los materiales maleables suelen ser utilizados con fines tecnológicos, específicamente en las soldaduras. Asimismo, otra característica producto de la maleabilidad es la escasa susceptibilidad a la corrosión y al óxido.

Otro término relacionado es ductilidad, que es una propiedad que presenta algunos materiales los cuales pueden deformarse por medio de una fuerza sin romperse obteniendo alambres o hilos del material.

La palabra maleabilidad en otros contextos es utilizada como sinónimo de: elasticidad, flexibilidad, suavidad, plasticidad, entre otros. Puede ser vista como una característica del ser humano, con el objetivo de hacer referencia al carácter dócil de un individuo.

La palabra es de origen latín 'malleus' que significa 'martillo' y el sufijo '-able'.

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