Entre octubre de 1965 y marzo de 1966, en plena Guerra Fría, el Estado mató a medio millón de personas por su presunta pertenencia al Partido Comunista, probablemente más de un millón en total, fueron detenidas, encarceladas o deportadas a campos de concentración.

En medio de las versiones más disparatadas figura un elusivo hecho histórico. Entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre un oscuro grupo de militares, el G30S, lanzó un golpe de Estado durante el cual seis generales fueron arrestados y asesinados.

A tres años de la crisis de los misiles en Cuba, con la guerra de Vietnam como telón de fondo, Indonesia era uno de los focos de la guerra fría en Asia.

El general Suharto, principal artífice de esta purga política, reemplazó a Sukarno como presidente de Indonesia. La represión, dirigida tanto contra los comunistas a los que responsabilizó de una conspiración para copar el poder, instaurar el ateísmo y subvertir los valores morales de la nación, como contra, sindicatos, la minoría china y otros oponentes, prosiguió en Indonesia en los años siguientes.

Suharto, aliado de Estados Unidos durante la Guerra Fría, gobernó hasta 1998, luego de haber dirigido una de las dictaduras más sangrientas del siglo XX,

Nuevos archivos desclasificados en octubre de 2017 por la embajada estadounidenses en Yakarta confirman que Estados Unidos respaldó las atrocidades de los militares.

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