En los alrededores del Monte Erebus de la Antártida, se desprenden gases y vapores calientes provenientes del interior del volcán. Primero forman cuevas bajo la superficie a medida que va derritiendo la nieve y luego al salir, se congelan debido al contraste natural del frío y el calor en este ambiente, formando estas columnas.

La diferencia de temperatura entre el suelo y el aire es de más de 65 °C. Las columnas pueden alcanzar incluso los 18 metros de alto, siendo un atractivo no solo para fotógrafos, sino también para microbiólogos, pues pueden llegar a contener microbios del interior del volcán.

El monte Erebus fue descubierto el 27 de enero de 1841 por el explorador polar Sir James Clark Ross, cuyas naves se llamaban HMS Erebus y HMS Terror. Tanto la nave como el volcán toman su nombre de Érebo, el dios griego primigenio, personificación de la oscuridad y las sombras e hijo de Caos y Ananké.

Es del tipo estratovolcán (volcán cónico y de gran altura, compuesto por múltiples estratos o capas de lava endurecida), tiene una altitud de 3 794 m s. n. m. Su cráter es uno de los pocos en el mundo con forma de una piscina de lava (la mayoría de los volcanes tienen una profunda cámara central de rocas fundidas) y su magma está expuesto en la cima del volcán.

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