Las locuciones latinas son expresiones en latín que se utilizan en español con un significado cercano al original. Se usan en muchos casos porque con pocas palabras transmiten significados que en la lengua española se necesitaría la inversión de muchas más palabras. No sólo eso, además, siempre dan a nuestros textos o discursos un carácter más culto.

Sapere aude es una expresión del latín acuñada por Horacio en el siglo I a. C. que aparece en una epístola a su amigo Lolius. Tiene muchas traducciones pero, en el contexto de la carta (en la cual trata sobre los múltiples e ingeniosos procedimientos que Ulises usó en su regreso a Troya para superar las pruebas con que se enfrentó) se puede entender como «tener el valor de usar tu habilidad para pensar». Otros la traducen como «atreverse a pensar», «atrévete a saber» o «ten el valor de usar tu propia razón».

Su divulgación se debe a Immanuel Kant, en su ensayo ¿Qué es la Ilustración?. Desde entonces Sapere aude da nombre a algunos centros educativos y se utiliza frecuentemente como lema en algunas universidades.

Aunque aparentemente todas estas versiones nos muestran un sentido parecido, conviene saber que el verbo sapio se emparenta, etimológicamente, con la idea del «sabor», y de ahí, con la acción de «degustar algo»; esto nos lleva directamente a la idea de «tener juicio» para valorar lo que es bueno con respecto a lo que no lo es.

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