Un lápiz o lapicero es un instrumento de escritura o de dibujo. Consiste en una mina o barrita de pigmento (generalmente de grafito y una grasa o arcilla especial. También puede ser pigmento coloreado de carbón de leña) y encapsulado generalmente en un cilindro de madera fina, aunque también en envolturas de papel y plásticas.

Un lápiz que tenga una mina hecha con más arcilla mezclada con el grafito es un lápiz más resistente. Se diferencian, por una parte, con las letras H (del inglés hard = duro) y B (del inglés black = negro), y, por otra parte, con un número de 1 a 4, siendo el número 4 el más duro. También puede haber combinaciones de las letras: HH, por ejemplo, se refiere a una mina muy dura.1

Los lápices modernos se fabrican industrialmente mezclando el polvo de grafito y arcilla molidos finamente, agregando agua, formando minas largas que se cuecen en un horno (compartimientos térmicamente aislados). Las minas resultantes se sumergen en aceite o cera fundida, que se filtra en los agujeros minúsculos del material, dando por resultado una escritura más lisa. Un tablón de madera con varios surcos paralelos largos se corta para formar un listón, y las tiras de grafito y arcilla se insertan en los surcos. Otro tablón acanalado se pega encima, de manera que el ensamble final es cortar todo en lápices individuales, que luego se barnizan o se pintan.

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