El aerogel es un material sintético poroso ultraligero derivado de un gel, en el que el componente líquido del gel ha sido sustituido por un gas sin que se produzca un colapso significativo de la estructura del gel. El resultado es un sólido con una densidad y conductividad térmica extremadamente baja.

Los aerogeles pueden ser tipo orgánico, inorgánico, pueden ser híbridos orgánico-inorgánicos, o bien pueden ser de carbono. La mayoría se preparan mediante el método de Pekala, en el cual se emplea resorcinol, formaldehído y un catalizador, donde se genera una reacción de polimerización. Los aerogeles deben pasar por etapas de gelación y curado, secado supercrítico, carbonización y activación.

Familiarmente es denominado humo helado, humo sólido o humo azul, debido a su naturaleza semitransparente; sin embargo, tiene al tacto una consistencia similar a la espuma de poliestireno.

Este material fue creado por Steven Kistler en 1931, como resultado de una apuesta entre él y Charles Learned sobre quién podría reemplazar el líquido de un tarro de mermelada por gas sin que el volumen de este disminuyera.

Es un material que actualmente tiene usos en diferentes campos, como en los parachoques de los automóviles, para la desalinización del agua, la captura de micrometeoritos o incluso la detección de partículas subatómicas.

Muy popular son, por ejemplo, las aplicaciones de la NASA para este material, lo han incorporado como aislante térmico en los vehículos Mars Rover.

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