Un positrón es una partícula de tipo elemental, ya que no existen evidencias de que esté compuesta por otras partículas más simples, cuya carga eléctrica resulta igual a la que posee el electrón, aunque positiva. Por esta característica, se dice que el positrón es la antipartícula de esta partícula subatómica.

Las antipartículas, entre las que están incluidos los positrones, son la contrapartida de las partículas: sus masas son idénticas, pero las cargas eléctricas están invertidas, positiva/negativa, negativa/positiva.

A fines de la década de 1920, el físico inglés Paul Dirac supuso la existencia de los positrones. Finalmente, en 1932, el estadounidense Carl David Anderson logró confirmarlo a partir del estudio de rayos cósmicos. Si se hubiera seguido la convención de nomenclatura de partículas, el nombre del positrón debería ser antielectrón. Fue la primera antipartícula que se descubrió y que su carga es positiva.

La creación de los positrones se produce por ciertos procesos nucleares. En 2008, científicos de un laboratorio estadounidense lograron crear positrones al aplicar un láser sobre una superficie de oro blanco.

En la actualidad, la medicina apela a la emisión de positrones para la realización de tomografías que permiten estudiar la actividad cerebral. Los positrones también son populares en la ciencia ficción: en la película “Los Cazafantasmas”, se utilizan rayos de positrones para capturar espectros.

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