El 2 de agosto de 2018 el papa Francisco comunicó que se ha modificado el Catecismo católico para declarar "inadmisible" la pena de muerte y para señalar el compromiso de la Iglesia con la supresión de esta condena en todo el mundo.

La Santa Sede informó en un comunicado que, bajo orden del Pontífice, se ha reformado el artículo 2267 del Catecismo, el libro que contiene la doctrina de la Iglesia Católica. En la versión antigua, no se excluía el uso de la pena capital, aunque sólo se admitía bajo ciertas premisas y si fuera "el único camino posible". Con este cambio la Iglesia erradica de su doctrina la legitimación de la pena de muerte.

La histórica decisión de Francisco llegó tras decadas de batalla de varios pontífices contra la pena capital, empezando por Pablo VI a mediados del siglo XX.

Estados Unidos, que figura cuarto entre los países con mayor cantidad de fieles católicos en el mundo (con 68 millones), es el único país de América que continúa aplicando la pena capital. En 2017 llevó a cabo 23 ejecuciones y dictó 41 condenas de muerte.

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